domingo, 25 de diciembre de 2016

RAZONES POR LA QUE UNA PERSONA ECHA FUERA DEMONIOS

RAZONES POR LA QUE UNA PERSONA ECHA FUERA DEMONIOS

Este aspecto del campo espiritual es muy llamativo dado lo sobrenatural que conlleva, el hecho de tener poder sobre un ser espiritual capta la atención tanto de creyentes como de incrédulos, por tanto, examinemos bajo qué circunstancias puede alguien echar fuera un demonio, claro está de un endemoniado, o sea de alguien poseído por un espíritu maligno; para esto se usaran las Escrituras como base, siendo la palabra profética más segura.

Razones por la que una persona echa fuera demonios:

*      Autoridad delegada por Jesús.
Cuando nuestro Señor impartió autoridad sobre sus discípulos para echar fuera demonios, lo hizo antes de su resurrección, por tanto, la obra de ellos se llevó a cabo sin que tuvieran al Espíritu Santo y que fueran salvos:

Mateo 10:5-8
A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

Marcos 3:14-15
Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:

Marcos 6:13
Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.

Lucas 10:17
Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.

Los casos antes nombrados dan a conocer la autoridad delegada por Jesús a sus discípulos, tal autoridad fue dada antes de que estos tuvieran al Espíritu Santo, ya que después de la resurrección fue derramado sobre ellos, a eso se añade que por lo menos uno de ellos nunca fue salvo, haciendo referencia a Judas Iscariote.

Juan 20:22
Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.

Hechos 2:4
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

*      Por la fe en el nombre de Jesús
Este punto implica que si alguien cree que en el nombre de Jesús puede echar fuera un demonio así ocurrirá, aunque dicha persona no tenga al Espíritu Santo y no sea salva:



Mateo 7:22-23
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Este punto muestra cómo muchos en el día del juicio alegaran conocer al Señor y haberle seguido, sin embargo el Maestro es claro en que NUNCA fueron salvos ni le conocieron, aunque aparentaran que sí.

Marcos 9:38-39
Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Este caso es comparable al que vimos en el ítem anterior donde los discípulos aun no recibían al espíritu Santo, ya que este suceso ocurrió antes de la resurrección de Cristo.

Hechos 19:13-16
Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Cuando las personas no ejercían esta fe, el demonio prevalecía sobre ellos.

*      Por creer en Cristo.
Este caso se manifiesta cuando la persona cree en Cristo como su Señor y Salvador, recibiendo autoridad a causa de ello.

Marcos 16:17
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;

Mateo 17:18-20
Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

*      Por medio del Espíritu Santo.
En este aspecto se lleva implícito la santidad del creyente, ya que el Espíritu se manifiesta a través de dicha santidad; el creyente echa fuera al demonio por el poder del Espíritu obrando en él.

Mateo 12:28
Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.

1 Samuel 16:23
Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él. El hecho de que el espíritu maligno se fuera cuando David tocaba el arpa, no era por la música en sí, ya que no posee tal poder, además que podría ser tocada por cualquiera; el espíritu salía por la santidad de David, como manifiesta su elección al tener el corazón conforme al corazón del Señor.

Con estos argumentos podemos evidenciar que una persona al echar fuera el demonio o demonios de alguien no garantiza que sea un verdadero cristiano lleno del Espíritu Santo y que tenga el don de la salvación, por tanto debemos ser sabios y prudentes, no confiando ciegamente por el solo acto de echar fuera un demonio, nuestro Señor fue claro en cuanto a la forma de identificar un verdadero siervo del Altísimo:

Mateo 7:15-23
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Nota: si alguno tiene inquietudes con respecto al tema expuesto anteriormente, puede comunicarse conmigo.
Atentamente:
Hernando Álvarez.

Correo:siloh83@hotmail.com

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